LOS GIGANTES PROTO-KHOLLAS
- Extraordinaria fotografía del célebre artista cusqueño Martín Chambi, en donde aparece el
llamado “gigante de Paruro”,
descendiente de los antiguos, al lado de un actual mestizo peruano. (1917).
El punto de partida, inevitablemente, es Tiahuanaco. Llamada en el pasado “Ciudad Eterna”, la antigua Wiñaymarca del gran Huyustus, el primer Gran Maestre de “los sacerdotes salvados de las aguas”. Sin duda, Tiahuanaco esconde el recuerdo de esa avanzada civilización que llegó a tierras andinas de allende los mares. Y para nuestra suerte, aún podemos rastrear la historia de aquel empolvado tiempo. Prueba de ello es el testimonio de Katari, uno de los más grandes quipucamayocs del incanato - aquellos que guardaban los archivos históricos del Imperio - quien comentó a los conquistadores que el legendario Huyustus era un señor poderoso, rubio y de ojos azules, que vino de muy lejos...
Tres horas en automóvil toma llegar desde la capital de Bolivia, La Paz, al yacimiento arqueológico. A casi cuatro mil metros de altura, esta leyenda ya se respira en el Ande. Hoy en día los pescadores del Titicaca - en el lado boliviano - recuerdan la historia de la antigua Wiñaymarca, la morada prehistórica de los “gigantes” que acompañaron a Huyustus. De hecho, el mismo Pedro Cieza de León, reputado cronista español, recogió un dato interesante que sugiere la antigüedad real de esta ciudad: cuando los incas llegaron a Tiahuanaco, la hallaron fragmentada, en ruinas, lo cual ya nos indica qué tenía mucho tiempo de estar allí. Quizá desde los primeros tiempos post “diluvio”. El inca Garcilaso de la Vega, apoyando esta posibilidad, escribía en sus Comentarios Reales (1609) que un hombre extraño apareció en Tiahuanaco cuando “cesaron las aguas”, lo que también nos hace recordar aquella teoría que sostiene una migración de sobrevivientes atlantes hacia la Cordillera de los Andes.
Como fuere, la existencia de gigantes antiguos no nos debe sorprender, por cuanto cronistas de diferentes épocas hacen amplia referencia a ellos. En todas las culturas, encontramos claras alusiones a seres de gran estatura. Por ejemplo, en la India se habla de los Dânavas y los Daityas; en Ceilán de los Râksharas; en Grecia hallamos a los legendarios Titanes; Caldea, por su parte, mantiene en su memoria la existencia de los Izdubars (Nimrod); los judíos los Emins de la tierra de Moab. Y así podríamos continuar ya que la lista es larga. Además, por si el lector aún tiene dudas, existen fósiles de los gigantes, los mismos que alcanzan una estatura de 3.75 a 4.00 metros. No hay que olvidar que los antropólogos han acuñado el término de “gigante pithecus” y “megantropo” para identificar a grupos humanoides de gran estatura, que vivieron hace millones de años en lugares tan diferentes como China, Java y Transwaal. ¿Todos se extinguieron? ¿Cuál fue el origen del gigantismo? Las leyendas incas mencionan a estos gigantes una y otra vez. En el Perú antiguo, por citar un evento, se afirma que en tiempos del incanato hubo una llegada masiva de gigantes en las costas de Lambayeque (!). ¿Quiénes eran? ¿De dónde venían? ¿Tenían relación con la Atlántida y sus supuestos supervivientes?
Una teoría arriesgada para muchos - pero posible- sostiene que el gigantismo se debe a la hibridación con seres extraterrestres de gran estatura; así se habría transmitido el código genético necesario para una posterior mutación. Si fuese así, ello tampoco nos debería sorprender. En la Biblia, así como en otros textos sagrados, existen diversos relatos de la unión de “los dioses” o “seres angélicos” con las hijas de los mortales. Y de estas uniones nacieron gigantes… En Tiahuanaco, a decir del estudioso Guillermo Lange Loma, en su documentada obra “El Mensaje Secreto de los Símbolos de Tiahuanaco y del Lago Titikaka”, los gigantes eran conocidos bajo el nombre de “Antilis” y “Chullpas”, sobrevivientes de un mundo perdido, estableciendo en el altiplano, hace miles de años, una sociedad avanzada que fue la madre del Imperio Inca. No hay que olvidar que para Arthur Posnansky, padre de la arqueología boliviana, Tiahuanaco tiene entre 10.000 y 15.000 años de antigüedad. Y recientemente, gracias al investigador británico Graham Hancock, se ha demostrado que esta fecha no es imposible - basándose en la alineación del templo tiahuanacota de Kalasasaya con la posición de ciertas estrellas bajo la ley del ciclo precesional- . ¿Fueron aquellos gigantes o “antilis” construyeron esta ciudad de piedra y sus túneles en esos tiempos remotos?Seres poderosos que dejaron su huella Según un Quipu ―sistema de nudos para transmisión de información en tiempos de los incas― descifrado por Yutu Inga, los Servidores Invisibles de Wiracocha, el Dios supremo andino, fueron los Huamincas, que eran descritos como “ángeles bellos o resplandecientes”.
Las leyendas andinas atesoran abundantes y extrañas referencias a esos seres poderosos que habrían morado en Tiahuanaco. Aquellos titanes dominaban los elementos, hacían llover fuego, partían la tierra formando quebradas o levantaban cerros. Les nacían alas, y al final, después de prodigar sus profecías se convertían en huacas o númenes protectores. No dudo en que los monolitos de Tiahuanaco encierran los principios de todas las ciencias y artes. Esconden un mensaje.Yendo más al fondo, vemos que similitudes lingüísticas en el mundo nos permiten deducir que la raíz aymará “Ti” del nombre Tiahuanaco o Tiwanaku evoca a la divinidad misma, como el Tien chino, el Theos griego o el Teotl nahuált del México antiguo. Es atrayente conocer el posible significado etimológico de la palabra Tiahuanaco: “tio”, en aymará, quiere decir “dios”; “ti-huan” significa “de dios”, y “aka”, significa “esto”. Entonces Tiahuanaco se traduciría como “esto es de dios”.
Ese contexto mágico-espiritual se percibe cuando se contempla el Inti Punku. Es la pieza lítica que llama la atención a todo aquél que visita Tiahuanaco: la Puerta del Sol. Este bloque de andesita, hecho en una sola piueza de 10 toneladas, contiene un olvidado lenguaje ideográfico que nadie ha sabido interpretar correctamente. El propio cronista español Cieza de León queda extasiado ante su portento.Los indios dicen que la grieta que muestra la Puerta del Sol fue hecha por un “rayo” que del cielo cayó a Tiahuanaco (?). Existen muchos hechos extraños en torno a este enclave andino y la súbita desaparición de sus habitantes.
ARTICULO EXTRAIDO DE :
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